Ovación
30.11.2018
Los dos pequeños tenían un talento natural para volar y decidieron que era momento de que el mundo lo atestiguara. Ignorando las advertencias de sus padres, se lanzaron, listos para picar la atención del público. Lo estamos haciendo excelente, pensaron, al ver como la gente los aplaudía. Pero fueron esos mismos aplausos los que callaron sus zumbidos.